Subasta 414 Parte 1 Pintura
3.11.21
Calle de Alcalá, nº52, 28014 Madrid (España)

La subasta ha concluido

LOTE 152:

FELIX RESURRECION HIDALGO (1857 / 1913)
El árbol del ahorcado

Vendido por: €65 000
Precio inicial:
18 000
Comisión de la casa de subasta: 22%
etiquetas:

El árbol del ahorcado
Óleo sobre lienzo
107 x 88 cm

Firmado en el ángulo inferior derecho "FR Hidalgo". Felix Resurrección Hidalgo fue junto a Juan Luna y Novicio el pintor filipino más importante del siglo XIX. Desarrollo la mayoría de su carrera fuera de su país y su estilo fue cambiando y adaptándose a los gustos de la época. Formado en la Academia de Dibujo y Pintura de Manila, siendo discípulo de Agustín Sáez y Glanadell, en 1879 viajó a España becado por la Academia de Manila, estudiando en la Academia de Bellas Artes de san Fernando. En una etapa inicial, se decanta por escenas costumbristas donde representa la vida cotidiana y el paisaje de su país. Su primer cuadro de importancia fue “Las jóvenes cristianas expuestas al populacho”, en la Exposición Nacional de 1884 de Madrid con el que obtuvo una Segunda Medalla. Después viajó por Italia y se instaló en París, donde además de cultivar con éxito el retrato al gusto de la época, pintó una de las obras más importantes de su carrera: “La barca de Aqueronte”, presentada en la Exposición General de Filipinas de Madrid de 1887, donde recibió la importante Medalla de Oro. La presente obra, de carácter inédito, se enlaza con esta parte de su producción, tanto por su dramatismo como por su posible trasfondo de carácter literario o político. El pintor recurre a los mismos recursos que en su “La barca de Aqueronte”: los fuertes contrastantes de luces y sombras, el desplazamiento de la figura principal del centro compositivo, la desgarrada y atormentada expresión o los efectos inquietantes que provoca la contemplación del tenebroso paisaje, sirven para enfatizar el drama que sucede en la escena. Al ser obra inédita, desconocemos el trasfondo de la escena representada en la que aparece un ahorcado liberado, todavía con la soga al cuello, junto al árbol del suplicio. La cultura literaria del pintor abre infinitas posibilidades a la interpretación de esta impactante pintura, aunque una de ellas podría ser, una vez más, la “Divina Comedia” en cuyo canto decimotercero del Infierno, Dante se sitúa en el segundo giro del séptimo círculo, donde son castigados los suicidas, los derrochadores y los pródigos. Lo describe como un bosque lúgubre y siniestro con árboles de los que cuelgan humanos, como se dice en los versos 106-108.