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LOT 673:
ENRIQUE SERRA Y AUQUE (1859 / 1918)
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Sold for: €16,000
Start price:
€
12,000
Buyer's Premium: 27%
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Crepúsculo en las Lagunas Pontinas" y
Pareja de óleos sobre lienzo.
229 x 120 cm. Medidas marco: 270 x 156 cm.
"Claro de luna en la Vía Apia" 1896 Firmados y fechados en el registro inferior "Enrique Serra/Roma-1896" Formado en Barcelona con Ramón Martí Alsina, Enrique Serra completó su formación en Roma, una ciudad en la que conoció y entabló amistad con Mariano Fortuny. Allí asistió a la Academia Chigi y alcanzó una notable fama con sus obras, cultivando la pintura de género y el paisaje. Los paisajes son lo más representativo de su producción y están realizados con un estilo realista muy personal, de dibujo preciso y meticuloso, pero unas claras connotaciones románticas como puede apreciarse en esta pareja de imponentes paisajes romanos que representan la Laguna Pontina y la Vía Apia. Destacan por su alarde compositivo y su gran tamaño, a lo que debe sumarse el hecho de conservar sus respectivos marcos originales realizados en madera de nogal con una profusa decoración de ovas y dardos en sus cantos, y perlados alternados con canutillos en los filos. Sus entrecalles presentan una decoración vegetal de hiedras trepadoras y motivos militares romanos a base de cartelas, panoplias, coronas de laurel, las “aquilae” de las legiones y medallones con retratos de emperadores. En los lienzos, la belleza de estos espacios naturales está bañada por una tenue luz crepuscular, en el primer caso, y por una la luminosidad lunar azulada, en el segundo. En ambos destacan las calidades plásticas en la elaboración de la vegetación, el reflejo en las aguas, los celajes y los fragmentos escultóricos abandonados, cubiertos por vegetación, haciendo constar el paso del tiempo y otorgando a la composición una atmósfera poética y melancólica.
"Claro de luna en la Vía Apia" 1896 Firmados y fechados en el registro inferior "Enrique Serra/Roma-1896" Formado en Barcelona con Ramón Martí Alsina, Enrique Serra completó su formación en Roma, una ciudad en la que conoció y entabló amistad con Mariano Fortuny. Allí asistió a la Academia Chigi y alcanzó una notable fama con sus obras, cultivando la pintura de género y el paisaje. Los paisajes son lo más representativo de su producción y están realizados con un estilo realista muy personal, de dibujo preciso y meticuloso, pero unas claras connotaciones románticas como puede apreciarse en esta pareja de imponentes paisajes romanos que representan la Laguna Pontina y la Vía Apia. Destacan por su alarde compositivo y su gran tamaño, a lo que debe sumarse el hecho de conservar sus respectivos marcos originales realizados en madera de nogal con una profusa decoración de ovas y dardos en sus cantos, y perlados alternados con canutillos en los filos. Sus entrecalles presentan una decoración vegetal de hiedras trepadoras y motivos militares romanos a base de cartelas, panoplias, coronas de laurel, las “aquilae” de las legiones y medallones con retratos de emperadores. En los lienzos, la belleza de estos espacios naturales está bañada por una tenue luz crepuscular, en el primer caso, y por una la luminosidad lunar azulada, en el segundo. En ambos destacan las calidades plásticas en la elaboración de la vegetación, el reflejo en las aguas, los celajes y los fragmentos escultóricos abandonados, cubiertos por vegetación, haciendo constar el paso del tiempo y otorgando a la composición una atmósfera poética y melancólica.
