Subasta 88 De Emperadores, Reyes y Fe
25.11.21
Carrer del Comte de Salvatierra, nº8, 08006 Barcelona (España)

La subasta ha concluido

LOTE 25:

Lorenzo de Ávila (Ávila, c. 1473/14921 – Toro, 1570)


Precio inicial:
22 000
Precio estimado :
€22 000 - €25 000
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Lorenzo de Ávila (Ávila, c. 1473/14921 – Toro, 1570)
"La Presentación de Jesús en el Templo"
Óleo sobre tabla. 104 x 72 cm.
Al dorso etiqueta de la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico.
Agradecemos al Dr. Alberto Velasco, por la identificación y la catalogación de esta pintura. Un informe sobre la obra, a petición del comprador, podrá ser realizado por el Dr. Velasco.
El Dr. Alberto Velasco Gonzàlez, nos indica que nuestra tabla sería un compartimento de un retablo disperso del que hasta ahora tenía localizadas y estudiadas once tablas, la nuestra sería la doceava. Todas estilísticamente unificadas, y de medidas casi siempre exactas o muy cercanas a 100 x 70 cm. Habla de ello, y es de gran interés, en su publicación, “Noves pintures de Toledo i Zamora de la primera meitat del segle XVI: Francisco de Comontes i Lorenzo de Ávila”, en la que Dr. Alberto Velasco Gonzàlez, hace un recorrido por la historia y procedencia de estas once tablas, y que finaliza: “Recapitulando y volviendo sobre el conjunto de once compartimentos que ha centrado nuestra atención, las coincidencias apuntadas nos llevan a considerar la posibilidad que todas ellas formaran parte de un retablo mayor originario de alguna iglesia de la zona de Toro-Zamora. En un momento determinado del siglo XIX el retablo entró en comercio, y se produjo la dispersión. A la vista de las tablas que podrían adscribirse al conjunto —Abrazo ante la Puerta Dorada, Santa Ana con la Virgen y el Niño, Anunciación, Visitación, Epifanía, Huída de Egipto, Circuncisión, Prendimiento, Oración en el Huerto, Resurrección y Asunción - hay que deducir que era un retablo con un ciclo bastante desarrollado, que iniciaba con la niñez de María; continuaba con los Gozos y, seguramente, con escenas del ciclo Muerte y Glorificación de la Virgen; y que se cerraba con compartimentos dedicados a la Pasión…
Es posible que nos encontremos ante un retablo donde pudieron intervenir diversos pintores, como demuestra el hecho que las dos tablas con la Anunciación y Santa Ana, la Virgen
y el Niño, a pesar de la reciente filiación a Lorenzo de Ávila, se atribuyan tradicionalmente a Juan de Borgoña II. En cualquier caso, la unidad estilística del conjunto es muy evidente, no solo en los rasgos y actitudes que caracterizan los personajes de Lorenzo de Ávila, como podrían ser las habituales genuflexiones que ha destacado la historiografía, sino también por la presencia de una serie de aspectos que reencontramos en sus obras, como son el papel primordial del paisaje, los característicos cielos azules, luminosos y de tonalidades frías en gradación cromática contrastada, las nubes articuladas a partir de bandas horizontales, las arquitecturas del fondo con elementos clásicos y tonalidades igualmente azuladas, los árboles de formas sinuosas y ramas que se recortan sobre el fondo, la paleta cromática donde destacan los azules intensos de la indumentaria de la Virgen María, las composiciones articuladas a partir de triángulos centrales y puntos de fuga variados, o las sobrias arquitecturas que envuelven los protagonistas principales.
En cuanto a la cronología, las afinidades apuntadas con otras realizaciones del pintor nos hacen situar este conjunto en la década de los cuarenta del siglo XVI”
En el mismo artículo, indica El Dr. Alberto Velasco Gonzàlez, a propósito del Maestro de Ávila: “Fue uno de los principales Maestros de los talleres de Zamora del segundo tercio del siglo XVI, y uno de los introductores del Renacimiento en el Noreste de Castilla- León…
Oriundo de Ávila, se estableció en la localidad de Toro, donde instaló su taller. La historiografía lo considera seguidor o discípulo de Juan de Borgoña “el Viejo”, pintor activo a Toledo, y se le atribuyen obras que años atrás se habían situado bajo las personalidades del Maestro de Toro y, sobre todo, del Maestro de Pozuelo. El último aglutinaba trabajos hoy atribuidos, principalmente, a Lorenzo de Ávila y Juan de Borgoña II, y también a Martín de Carvajal, Alonso de Aguilar o Francisco de Valedecañas. Las colaboraciones entre estos maestros fueron muy habituales, y eso hace que en ocasiones sea complejo determinar dónde empieza la mano de uno y acaba la del otro, especialmente cuánto nos referimos a Lorenzo de Ávila y Juan de Borgoña II. Para complicar todavía más el panorama, una parte de la historiografía considera a este Juan de Borgoña hijo del pintor homónimo que trabajó a Toledo, distinguiéndolos con los apelativos de “el Viejo” y “el Joven”. Por el contrario, Irune Fiz y Juan Carlos Pascual de Cruz consideran que no existe parentesco entre ambos y denominan al más joven Juan de Borgoña II o Juan de Borgoña de Toro, a quien consideran un alumno y colaborador de Lorenzo de Ávila, el principal pintor de Zamora en aquellos años.
Bibliografía: VELASCO GONÀLEZ, A.: “Noves pintures de Toledo i Zamora de la primera meitat del segle XVI: Francisco de Comontes i Lorenzo de Ávila”. p. 311-318.
FIZ FUERTES, I.: Lorenzo de Ávila, Juan de Borgoña II y su escuela. La recepción del Renacimiento en tierras de Zamora y León, Benavente, 2003, pp. 19-26;
PASCUAL DE CRUZ, J. C.: Lorenzo de Ávila. Una ilusión renacentista, Zamora, 2012.