Pareja de ángeles lampareros, ffs.s.XVII

Pareja de ángeles lampareros, ffs.s.XVII

PAREJA DE ÁNGELES LAMPAREROS, ATRIBUIDOS AL CÍRCULO DE PEDRO ROLDÁN, FFS.S.XVII

Madera tallada, encolada, estucada, embolada, policromada y estofada.

127x70x83 cm (sin base)

Pareja de ángeles alados pertenecientes a la escuela sevillana de finales del s.XVII, utilizados en algunas iglesias como soporte de grandes lámparas para la iluminación de un Altar Mayor.

Los ángeles son seres celestes, rodeados de luz, que ayudan a adorar a Dios y actúan como mensajeros entre el Cielo y la Tierra. En ocasiones visten con indumentaria bélica, como en este caso, donde llevan un casco rígido propio de este tipo de vestimenta. La temática de los ángeles es recurrente durante el periodo barroco aunque su origen tuvo lugar en la Edad Media. Estas esculturas fueron creadas para formar conjunto con elaborados retablos barrocos y alzarse sujetos a gruesos muros.

Por consiguiente, estas esculturas simulan descender desde los cielos con la mirada dirigida hacia los fieles, que los observan desde abajo. Debido a esto, tanto la melena como los paños parecen ondear con el viento. Dentro del periodo barroco la escultura destaca por el movimiento, siguiendo esta tendencia, la posición del cuerpo parece enroscada sobre un eje, en este caso formado por el hombro y el pie. Al estar dispuestos a espejo, uno tiene el eje en la parte izquierda y otro en la derecha.

Esta inusual pareja de esculturas, excepcionalmente encontradas en la historia del mercado del arte, presenta detalles estofados y un diseño policromado de flores naturalistas de gran tamaño, dispuestas al tresbolillo en rojo y rosa.

El gran valor de estas esculturas se ve reflejado en su extraordinario tamaño, calidad y fabuloso estado de conservación; en el cual encontramos el cuasi perfecto estado de la policromía original, a excepción de pequeñas grietas originadas con el paso de los siglos, los mínimos repintes y leves restauraciones. Todo esto, sin olvidar su atribución al círculo de Pedro Roldán.

A finales del siglo XVII y aproximadamente hasta la década de 1720 en toda Europa se desarrollaron diseños llamados bizarros, del término francés "bizarre", que empezaron a ser difundidos en Lyon. El diseño se combina con un fondo dorado, conservado prácticamente intacto, realizado con la técnica del estofado. También conservan la encarnación original, que se puede apreciar tanto en el rostro como en las piernas. En estas partes solo podemos ver varias restauraciones en el meñique y una de las piernas, siendo destacable el estado de conservación que presentan. Las encarnaciones realizadas en la escuela sevillana suelen ser mates y llegan a crear una gran sensación de realismo.

El taller de Pedro Roldán, donde estuvieron numerosos aprendices y escultores, producían obras para numerosos retablos en diversas iglesias. Similares a estos, destacan los trabajos realizados en la Iglesia Conventual del Santo Ángel de la Guardia (Sevilla), en cuya restauración participó Antonio Diaz Arnido, y el retablo y ángeles de la Iglesia de San Jorge del Hospital de la Santa Caridad (Sevilla).