ESCUELA CASTELLANA, S. XIII

La escultura que nos ocupa se trata de San ...

La escultura que nos ocupa se trata de San Sebastián, posiblemente uno de los santos más representados de la Iglesia católica. Aparece semidesnudo justo antes de su martirio, en el momento de ser asaeteado. De pie y erguido como joven imberbe, tiene sus manos y pies atados a un fino tronco de un árbol que tiene detrás y ofreciendo su torso a las flechas del verdugo. Su figura es de gran simplicidad y esquematización siguiendo las palabras del teólogo medieval Rabano Mauro que opinaba que los buenos artesanos románicos debían ser “capaces de instruir con la sencillez y de emocionar con la expresión vigorosa de su arte”, lo que revela la clara intención evangelizadora de las imágenes, que debían ser capaces de enseñar el dogma a fieles analfabetos la mayoría de las veces, en una sociedad teocéntrica. Por lo tanto, como observamos en nuestra escultura, en pro del mensaje a transmitir, en el románico, se renuncia a todo lo superfluo, reduciendo la forma a lo más puro. Las líneas se simplifican, y las composiciones se disponen en torno a un eje de simetría. Su cuerpo, delgado, en el que destacan las costillas y el abultamiento muy evidente del abdomen presenta una serie de características que hemos encontrado en otras tallas castellanas de los siglos XII y XIII. Concretamente, un ejemplo bastante cercano a nuestra pieza, aunque con diferencias, sería el Cristo Crucificado del monasterio de San Salvador en Palacios de Benaver en la provincia de Burgos. La talla que presentamos, es excepcional, tanto por la calidad escultórica que atesora y la dificultad de encontrar obras de estas características en el mercado.
Medidas: 114 x 24 x 27 cm
Tipo de objeto: Escultura
Técnica: Madera tallada y policromada