Ripolles
Figura de tres brazos

Figura de tres brazos
Dimensiones: sin marco 214 x 163cm
Centra la composición la imagen de una figura, es una mujer. Tiene un tratamiento en torno a su cabeza, parecido al pelo, que forma una rejilla circular, además de apreciarse dos pequeños pendientes blancos. Mira de frente con un gesto de sonrisa en la cara. Está estática, no obstante se aprecia la intención de querer caminar pues tiene la pierna izquierda dispuesta a dar el paso. Destaca en esta figura que posee tres brazos; uno izquierdo y dos derechos. La superficie de la imagen es monócroma, con tonos marrones y un beteado más oscuro: El color de la figura está mezclado con una especie de diminutas ralladuras o esquirlas que aportan una textura muy especial al cuerpo. Llama la atención que la misma está creada a imitación del papel, apreciándose los dobleces en pierna y brazos. Junto a ella hay una mesa en la que se aprecia el perfil, sin patas, y la superficie vista desde arriba de la misma, en la que hay un gran frutero blanco con una serie de frutas como una tajada de sandía, plátano, naranja y otras. El brazo derecho parece querer tomar alguna de ellas. El fondo de la composición es totalmente blanco, realzando de esta forma los elementos que la componen.
Aún estando quieta la figura, el gesto de la pierna y de los brazos indica movimiento o acción contenida, plasmada por el artista en el momento de adelantar y tomar una fruta. La mesa con el frutero nos lleva a pensar en el conocimiento que el autor ha tenido del Cubismo, concretamente de los bodegones cubistas, además de la corriente Futurista con su búsqueda en la sensación dinámica del movimiento en sus composiciones. No obstante y con todos esos conocimientos, Ripollés hace una creación muy personal y original. Este grabado parece estar coloreado, destacando la viveza de las frutas. El autor dignifica el papel a través del grabado, lo revaloriza con un grabado distinto, muy dinámico y con la fuerte personalidad que revela el vigor de toda su creación. Aporta a esta disciplina una revisión contemporánea con un material consistente en papel de lino, es muy característico, grueso y rugoso, que proporciona a la obra profundidad y relieves.
Ripollés descubre el grabado por primera vez en Holanda en 1977, donde realiza las ilustraciones del libro de José Pla. A través de aguatintas y aguafuertes, apura el dramatismo de la escuela expresionista, con la que identifica sus grabados hasta 1989. A partir de entonces somete sus trabajos a las leyes de la metamorfosis, las del diálogo entre la materia y el creador. De esa asociación simbiótica surge el grabado matérico, el resultado de la obsesión del artista por ensayar, transformar e innovar con todo tipo de materiales. Tiene un tamaño la plancha de 214 cm x 163 cm.